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2 Reyes
Manasés
1. Manasés fue el decimocuarto rey de Judá y a menudo se le considera uno de los reyes más malvados e idólatras de la historia del antiguo Israel. Su historia está documentada en 2 Reyes, particularmente en los capítulos 21.
2. Manasés ascendió al trono de Judá tras la muerte de su padre, el rey Ezequías. A diferencia de su padre, Manasés no siguió los caminos de la justicia y, en cambio, abrazó la idolatría y las prácticas paganas. Revirtió muchas de las reformas religiosas instituidas por Ezequías y condujo a la nación a un período de profunda corrupción espiritual.
3. Durante el reinado de Manasés, él reconstruyó los lugares altos y altares que habían sido destruidos por su padre. Erigió altares a dioses extranjeros, promovió la adoración de Baal y Asera e incluso introdujo ídolos paganos en el templo de Jerusalén. Bajo su gobierno, la adoración de ídolos y las prácticas ocultas se generalizaron, lo que extravió al pueblo de Judá.
4. Manasés también participó en varios actos de maldad y violencia. Practicó adivinación, hechicería y consultó con médiums y espiritistas. Llegó incluso a sacrificar a sus propios hijos en los fuegos de los rituales paganos, siguiendo las prácticas abominables de las naciones vecinas.
5. El profeta Jeremías describe a Manasés derramando mucha sangre inocente, llenando a Jerusalén de un extremo al otro. Su reinado estuvo marcado por la opresión y la injusticia, lo que provocó el deterioro del tejido moral de la nación. Las acciones de Manasés provocaron la ira de Dios, quien pronunció juicio sobre él y el reino de Judá.
6. Como consecuencia de la maldad de Manasés, Dios anunció a través de los profetas que Jerusalén sería destruida y sus habitantes serían llevados cautivos por sus enemigos. Esta profecía finalmente se cumplió durante el reinado del nieto de Manasés, el rey Joacim, cuando los babilonios conquistaron Jerusalén y exiliaron al pueblo de Judá.
7. A pesar de su malvado reinado, hay un rayo de esperanza en la historia de Manasés. Hacia el final de su vida, mientras estaba cautivo en Babilonia, Manasés se humilló y se arrepintió ante Dios. En 2 Crónicas 33, se menciona que Dios permitió que Manasés regresara a Jerusalén y restaurara el altar del Señor. Manasés reconoció sus pecados pasados, buscó el perdón y alentó al pueblo de Judá a adorar al Señor.
8. La historia de Manasés sirve como advertencia sobre las consecuencias de alejarse de Dios y abrazar la idolatría y la maldad. Demuestra el poder destructivo del pecado y la importancia del arrepentimiento y la búsqueda del perdón de Dios.