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Lucas
El Fariseo y el Recaudador de Impuestos
1. La parábola del fariseo y el recaudador de impuestos aparece en el Evangelio de Lucas y es una historia contada por Jesús para ilustrar la importancia de la humildad y el arrepentimiento.
2. En la parábola, un fariseo y un recaudador de impuestos fueron al templo a orar. El fariseo se puso de pie y oró por sí mismo, dando gracias a Dios por no ser como los demás, como ladrones, malhechores, adúlteros, ni siquiera como el recaudador de impuestos que estaba a su lado. El fariseo luego se jactaba de sus actividades religiosas, afirmando que ayunaba dos veces por semana y daba la décima parte de todo lo que ganaba.
3. Por otro lado, el recaudador de impuestos, que era despreciado por el pueblo a causa de su profesión y considerado pecador, se sintió avergonzado e indigno de estar delante de Dios y, en cambio, se mantuvo a distancia. Se golpeó el pecho y oró humildemente: "Dios, ten piedad de mí, pecador".
4. Luego Jesús declaró que el recaudador de impuestos, no el fariseo, fue el que regresó a casa justificado ante Dios. Jesús dijo que el que se enaltece será humillado, pero el que se humilla será enaltecido.
5. Esta parábola nos enseña que la actitud de nuestro corazón cuando venimos a Dios importa más que nuestras actividades religiosas o nuestro estatus social. Jesús enfatiza la importancia de la humildad y el arrepentimiento genuino, en lugar de la justicia propia, al acercarse a Dios.
6. El fariseo se veía a sí mismo mejor que los demás y confiaba en sus buenas obras para ganarse el favor de Dios, mientras que el recaudador de impuestos reconocía su pecaminosidad y su necesidad de la misericordia de Dios. Esta historia nos recuerda que no son nuestras acciones externas las que nos hacen justos, sino el estado de nuestro corazón.
7. La parábola del fariseo y el recaudador de impuestos sirve como un llamado a la humildad y un recordatorio de que la verdadera justicia proviene de reconocer nuestra propia pecaminosidad y confiar en la gracia y la misericordia de Dios.
