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Parte 2
La Llegada de Jesús
Profecía sobre el Nacimiento de Jesús
María, una virgen comprometida con un hombre llamado José, fue visitada por el ángel Gabriel. El ángel le informó a María que concebiría un niño por obra del Espíritu Santo y que el niño sería el Hijo de Dios. María, teniendo fe, aceptó este mensaje divino.
José, inicialmente preocupado por el embarazo de María, tuvo un sueño en el que un ángel le aseguró que el hijo de María había sido concebido por obra del Espíritu Santo y que debía proceder con su matrimonio. José obedientemente tomó a María como su esposa.
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A medida que se acercaba el momento del nacimiento del bebé, César Augusto, el emperador romano, ordenó que se hiciera un censo. José y María, siendo del linaje del Rey David, tuvieron que viajar a Belén, la ciudad natal de David, para ser registrados.
Al llegar a Belén, José y María no encontraron lugar donde quedarse porque el pueblo estaba atestado de personas que también habían venido para el censo. Finalmente se les ofreció refugio en un establo, donde María dio a luz a su hijo, Jesús.
En los campos fuera de Belén, los pastores cuidaban sus rebaños. De repente, se les apareció un ángel, anunciándoles el nacimiento del Mesías tan esperado en Belén. El ángel ordenó a los pastores que encontraran al bebé acostado en un pesebre.
Los pastores se apresuraron a ir a Belén y encontraron a María, a José y al bebé recién nacido, tal como lo había descrito el ángel. Llenos de alegría, difundieron la noticia del nacimiento del niño a los demás, alabando y glorificando a Dios.
La Guía de las Estrellas
Mientras tanto, en Oriente, los sabios o magos vieron una estrella única que significaba el nacimiento de un rey. Guiados por la estrella, viajaron a Belén en busca del recién nacido Rey de los judíos. Al encontrar a Jesús, le ofrecieron regalos de oro, incienso y mirra.
El nacimiento de Jesús representa la encarnación del amor y la gracia de Dios, así como el comienzo de un viaje notable que eventualmente conduciría a su ministerio, enseñanzas, crucifixión y resurrección, eventos centrales en el cristianismo.
