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Parte 18
El Sermón del Monte
El Sermón del Monte en la Biblia se refiere a un segmento de enseñanzas pronunciadas por Jesús, que se encuentra en los capítulos 5-7 del Evangelio de Mateo. También se le conoce como el "Sermón de la Montaña" de Jesús o la "Enseñanza de la Montaña". Este pasaje se considera uno de los sermones más conocidos y significativos de Jesús.
Jesús había ganado popularidad debido a sus enseñanzas y milagros de curación. Cuando se corrió la voz sobre él, grandes multitudes comenzaron a seguirlo. Mateo 4:23-25 describe cómo Jesús recorrió Galilea, enseñando en las sinagogas, predicando el evangelio del reino y sanando diversas enfermedades y aflicciones.
Jesús, al ver la gran multitud reunida a su alrededor, subió a un monte y se sentó. Sus discípulos se acercaron a él y él comenzó a enseñarles. Comúnmente se cree que esta montaña está en la región de Galilea, conocida como el Monte de las Bienaventuranzas o el Monte de los Olivos.
El Sermón de la Montaña comienza con las Bienaventuranzas, donde Jesús pronuncia bendiciones sobre quienes poseen virtudes y características específicas. Declara que son bienaventurados los pobres de espíritu, los mansos, los dolientes, los misericordiosos, los limpios de corazón, los pacificadores y los perseguidos por causa de la justicia.
Después de que Jesús declara las Bienaventuranzas, continúa enseñando a los discípulos y a la multitud sobre diversos temas. Destaca la importancia de su papel como sal de la tierra y luz del mundo, instándolos a dejar que sus buenas obras brillen ante los demás.
Jesús luego aborda el tema de la Ley y su cumplimiento. Aclara que no vino a abolir la Ley sino a cumplirla. Enseña que a menos que la justicia de uno supere la de los escribas y fariseos, no entrarán en el reino de los cielos.
A lo largo del sermón, Jesús ofrece enseñanzas que van más allá de las interpretaciones legalistas de la Ley que prevalecían en ese momento. Da instrucciones sobre la ira, el adulterio, el divorcio, los juramentos, las represalias, el amor por los enemigos y muchos otros principios morales y éticos.
Jesús enseña sobre la importancia de la oración, el ayuno y la generosidad, instando a sus discípulos a practicar estos actos de justicia con sinceridad y devoción a Dios en lugar de buscar la alabanza de los demás.
Enfatiza la necesidad de tener motivos apropiados, corazones genuinos y un compromiso de vivir de acuerdo con las normas de Dios, no sólo exteriormente sino también interiormente. Anima a sus seguidores a buscar el reino de Dios por encima de todo y confiar en su provisión.
Jesús advierte contra los falsos profetas e insta a sus oyentes a discernir a los verdaderos maestros por sus frutos. Concluye el sermón enfatizando la importancia de poner en práctica sus enseñanzas, comparándolas con construir una casa sobre cimientos firmes que pueda resistir tormentas.
La gente que oía a Jesús se asombraba de sus enseñanzas, porque les enseñaba como quien tiene autoridad, no como los escribas. El Sermón del Monte se considera una de las enseñanzas más profundas e influyentes de Jesús, ya que refleja su sabiduría, compasión y autoridad divina.
Después del Sermón del Monte, Jesús continuó su ministerio, realizando más milagros y predicando en varias regiones. El Sermón del Monte sigue siendo una parte importante de las enseñanzas de Jesús y proporciona guía e inspiración a los creyentes hasta el día de hoy.