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Parte 3
Pacto entre Dios y el Hombre
Con base en las historias y enseñanzas de la Biblia para identificar los pactos y promesas importantes entre Dios y los seres humanos, estos pactos se pueden resumir en diez, tres de los cuales están dentro del jardín de Edén y siete de los cuales están fuera del jardín de Edén.
Tres Pactos dentro del Jardín del Edén:
1. Pacto de la Creación: Dios creó a la humanidad y la colocó en el Jardín del Edén, dándole la responsabilidad de cuidar y gobernar la Tierra.
2. Pacto entre el Creador y lo Creado: Dios ordenó a Adán y Eva que no comieran del Árbol del Conocimiento y advirtió de las consecuencias de la desobediencia.
3. Promesa de Redención: Después de que Adán y Eva pecaron, Dios prometió un futuro Redentor que abordaría la caída y el problema del pecado.
Siete Pactos fuera del Jardín del Edén:
1. Pacto Abrahámico: Dios prometió a Abraham ser padre de muchas naciones y le dio la tierra de Canaán como herencia eterna.
2. Pacto Mosaico: Dios estableció un pacto especial con los israelitas a través de Moisés, dándoles los Diez Mandamientos y otras leyes para guiar su adoración, moralidad y vida social.
3. Pacto davídico: Dios prometió que un descendiente de David gobernaría sobre Israel para siempre y establecería un reino eterno.
4. Pacto con el pueblo israelita: Dios llamó al pueblo israelita a amarlo con todo su corazón, seguir sus mandamientos e imitar sus caminos.
5. Pacto con los Profetas: Dios comunicó mensajes y advertencias al pueblo israelita a través de los profetas, guiándolos de regreso a Sus caminos.
6. Pacto en Jesucristo: A través de sus enseñanzas, obra redentora y resurrección, Jesucristo estableció un nuevo pacto, proporcionando salvación eterna a través de la fe en él.
7. Nuevo Pacto: El Nuevo Testamento enfatiza el arrepentimiento, la fe y una relación con Cristo como elementos centrales del pacto de Dios con todos los creyentes, ofreciendo redención eterna y la gracia de Dios.
Estos pactos reflejan la fidelidad, el amor y los propósitos redentores de Dios, brindando orientación en aspectos morales, éticos y de adoración. Tienen una relevancia significativa tanto para el judaísmo como para el cristianismo, dando forma a la fe, la vida y las relaciones de los creyentes.