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Parte 6
Hierve
Los furúnculos son una de las diez plagas del Éxodo. Según el relato bíblico, Moisés recibió instrucciones de entregar el mensaje de Dios al faraón, exigiendo la liberación de los israelitas. Sin embargo, Faraón se negó a escuchar, y como resultado, la plaga de furúnculos se desató sobre los egipcios.
En esta plaga, Moisés y Aarón recibieron la orden de tomar cenizas de un horno y esparcirlas hacia el cielo ante Faraón. A medida que las cenizas se transportaban por el aire, se convertían en un polvo fino que causaba forúnculos y llagas tanto en humanos como en animales. Estos forúnculos traían intenso dolor y comezón, haciéndolo insoportable para las personas. Incluso los magos y médicos egipcios no pudieron curar estos forúnculos (Éxodo 9: 8-12).
El propósito de la plaga de los furúnculos era demostrar el poder y la autoridad de Dios y advertir a Faraón que si no liberaba a los israelitas, se producirían consecuencias aún más graves. Esta aflicción infligió enfermedad y sufrimiento a Faraón ya los egipcios, haciéndoles darse cuenta de que no podían resistir el poder de Dios y que tenían que someterse a Su voluntad.