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Parte 6
Cumplimiento del Amor para Practicar los Diez Mandamientos Más Completamente
El cumplimiento del amor en el Nuevo Testamento conduce a una práctica más completa de los mandamientos. Jesucristo nos enseñó que el verdadero cumplimiento de la ley se logra a través del amor.
En Mateo 22:37-40, Jesús dijo: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: 'Amarás a tu prójimo como a ti mismo.' De estos dos mandamientos pende toda la Ley y los Profetas". Jesús declaró explícitamente que amar a Dios y amar a los demás son los principios generales que resumen los mandamientos.
A través del amor, podemos practicar más plenamente el significado y los requisitos de los mandamientos. Por ejemplo, cuando verdaderamente amamos a Dios, adoraremos solo al Dios verdadero, no adoraremos ídolos y no tomaremos el nombre del Señor en vano porque valoramos nuestra relación con Dios. Cuando amamos a los demás como a nosotros mismos, respetaremos sus vidas, nos abstendremos de dañarlos, robarles, mentirles o codiciar sus posesiones, porque nos preocupamos por su bienestar.
Jesús enfatizó aún más el cumplimiento del amor en Mateo 5. Enseñó que el verdadero cumplimiento de la ley va más allá de la mera evitación de las acciones pecaminosas; implica purificar los motivos y las actitudes de nuestro corazón. Él dijo: "Habéis oído que se dijo a los antiguos: 'No matarás'... Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano sin causa, será culpable de juicio. Y cualquiera que diga a su hermano, '¡Raca!' estará en peligro del consejo. Pero cualquiera que diga, '¡Necio!' estará en peligro del fuego del infierno". (Mateo 5:21-22) Esto demuestra que la ley del amor se extiende no solo al comportamiento exterior sino también a los pensamientos, intenciones y actitudes que tenemos hacia los demás.
A través del cumplimiento de las leyes centradas en el amor, podemos practicar los mandamientos de manera más completa. La realización del amor va más allá de la mera adhesión a reglas superficiales; requiere que demostremos un cuidado y una preocupación genuinos por Dios y los demás en nuestros corazones, emociones y acciones. Mediante el amor, adquirimos una comprensión y una práctica más profundas de los principios de los mandamientos, convirtiéndolos en los principios rectores y normas de nuestra vida.