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Parte 9
Cruzando el Mar Rojo
La historia del cruce del Mar Rojo es un evento significativo en la Biblia KJV y se describe en el libro del Éxodo, específicamente en Éxodo 14.
Después de presenciar las diez plagas que Dios trajo sobre Egipto para asegurar la liberación de los israelitas de la esclavitud, Moisés sacó al pueblo de Egipto. Sin embargo, el faraón cambió de opinión y los persiguió con su ejército. Cuando los israelitas llegaron al borde del Mar Rojo, se encontraron atrapados con el mar frente a ellos y el ejército egipcio acercándose por detrás.
En medio de la desesperación, Moisés aseguró al pueblo que no temieran y confiaran en la liberación de Dios. Luego Dios le ordenó a Moisés que extendiera su mano sobre el mar y lo dividiera. Mientras Moisés obedecía, comenzó a soplar un fuerte viento del este que dividió las aguas del Mar Rojo y creó tierra seca para que los israelitas pudieran caminar.
Abierto el camino milagroso, los israelitas cruzaron sobre tierra seca, pasando por las aguas divididas. La columna de nube que los había estado guiando durante todo su viaje se movió detrás de ellos para protegerlos de los egipcios que se acercaban, causando confusión y oscuridad para los egipcios.
Cuando el último de los israelitas llegó a la seguridad del otro lado, se le ordenó a Moisés que extendiera su mano nuevamente sobre el mar. Por orden de Dios, las aguas regresaron a su lugar, envolviendo a los egipcios que los perseguían y sus carros. Ni un solo egipcio sobrevivió, y los israelitas fueron testigos de primera mano del poder y la salvación de Dios.
En respuesta a esta notable liberación, Moisés y los israelitas prorrumpieron en un cántico de alabanza conocido como el "Canto de Moisés" o el "Canto del Mar". Se regocijó por el triunfo de Dios sobre el enemigo y expresó gratitud por sus poderosos actos de liberación.
Este cruce del Mar Rojo se convirtió en un acontecimiento fundamental en la historia de los israelitas, que marcó su liberación de Egipto y el comienzo de su viaje hacia la Tierra Prometida. Reforzó su fe en Dios y solidificó su relación de pacto con él .
La historia del cruce del Mar Rojo se considera una poderosa demostración de la intervención de Dios y de su capacidad para abrir un camino cuando parece que no lo hay. Recuerda a los creyentes la fidelidad, el poder y la protección de Dios en tiempos de problemas y sirve como testimonio de su liberación.