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Parte 21
Jesús Limpia el Templo
La historia de Jesús limpiando el templo se encuentra en los cuatro evangelios del Nuevo Testamento: Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Relata un incidente en el que Jesús entra al templo en Jerusalén y expulsa a los comerciantes y cambistas que hacían negocios dentro de sus instalaciones.
Según los relatos, durante la fiesta de la Pascua, Jesús llegó al templo y lo encontró lleno de vendedores que cambiaban moneda y vendían animales para sacrificios. Se indignó por la comercialización y explotación del espacio sagrado, destinado al culto y la oración.
Jesús volcó las mesas de los cambistas y los asientos de los vendedores de palomas, proclamando: "Escrito está: 'Mi casa será llamada casa de oración', pero vosotros la convertiréis en cueva de ladrones". (Mateo 21:13.) Expresó su firme desaprobación por sus acciones y destacó la necesidad de reverencia y adoración genuina en el templo.
El significado de esta historia se puede entender de varias maneras:
1. Reclamar lo sagrado: Al limpiar el templo, Jesús reafirmó la santidad y pureza del lugar destinado al culto divino. Demostró que el templo no era simplemente un mercado o un lugar de lucro sino un espacio dedicado al encuentro con Dios.
2. Desafiar la corrupción religiosa: Las acciones de Jesús expusieron la explotación y la corrupción que tienen lugar dentro del sistema religioso. Los cambistas y vendedores de animales se aprovechaban de las obligaciones religiosas de la gente para beneficio personal. El acto de Jesús desafió la hipocresía y el abuso de poder presentes entre los líderes religiosos.
3. Crítica profética: Las acciones de Jesús reflejaron la tradición profética del Antiguo Testamento, donde los profetas a menudo confrontaron la injusticia social y la hipocresía religiosa. Al limpiar el templo, Jesús cumplió el papel de profeta, llamando a la gente a volver a una relación auténtica con Dios y recordándoles el propósito de Dios para el templo.
4. Presagio de la misión de Jesús: La limpieza del templo presagió la misión final de Jesús: restaurar corazones y vidas, renovando la verdadera adoración a Dios. Sirvió como un acto simbólico que demuestra su autoridad y señala la necesidad de renovación personal y arrepentimiento.
Esta historia destaca el compromiso de Jesús de defender lo sagrado y desafiar las prácticas corruptas. Enfatiza la importancia del culto sincero, la justicia y la integridad dentro de las instituciones religiosas. Hoy, recuerda a los creyentes que examinen sus propios corazones y motivos en asuntos de fe, asegurándose de que su adoración y servicio sean puros y honren a Dios.