Felipe se encontró por primera vez con Jesús en la ciudad de Betsaida en Galilea. Cuando Andrés y Pedro le presentaron a Jesús, Felipe inmediatamente siguió a Jesús y se convirtió en su discípulo (Juan 1:43-45).

Después de que Felipe conoció a Jesús, encontró a su amigo Natanael el Nazareno y los llevó a Jesús. Entre ellos estaba un nazareno, Nicodemo, quien tuvo una importante conversación con Jesús acerca de la regeneración y la fe (Juan 1:46-51).

En Juan 6, cuando Jesús se enfrenta a una gran multitud de hambrientos, le pregunta a Felipe cómo puede comprar comida para alimentarlos. Felipe respondió que incluso gastando 200 denarios en alimentos no podía satisfacer las necesidades de todos. Sin embargo, este es el momento en que Jesús realizó un milagro, multiplicando los cinco panes y los dos peces, proporcionándoles un excedente (Juan 6:5-13).

En la Última Cena, Felipe le dijo a Jesús: "Señor, muéstranos al Padre, y eso nos basta" (Juan 14:8). Jesús respondió a Felipe diciéndole que verlo era ver a Dios Padre, y les enseñó a creer en lo que él hacía.